domingo, 19 de septiembre de 2010

Ansia

Un llamado y fue a su encuentro. Ella estaria ahi como había estado ya tantas veces. Él estaría ahi también. Él fue a ese llamado después de mucho andar esperando. La escena estaba montada y luego de los preámbulos inevitables tomo asiento y puso toda su atención en escucharla. Ella habia dicho "no sos vos, soy yo". Otras voces.
Ella dijo: Y quiero jugar a la escondida y darte mi ropa y decirte que me gustan tus zapatos y sentarme en el escalón mientras te bañas y hacerte masajes en el cuello y besarte los pies y tenerte la mano y salir a comer y que no me importe cuando te comes mi comida y encontrarte y hablar del día y tipearte las cartas y llevarte las cajas y reírme de tu paranoia y darte cassettes que no escuchas y ver películas buenísimas y ver películas pésimas y quejarme de la radio y sacarte fotos cuando estás durmiendo y levantarme antes para ir a comprar tu café con medialunas y galletitas de manteca y tomar café a la medianoche y dejar que me robes mis cigarrillos y no poder encontrar nunca un fósforo y contarte del programa que vi la noche anterior en la tele y llevarte al hospital de ojos y no reírme de tus chistes y desearte por la mañana pero dejarte dormir un rato más y besarte la espalda y acariciarte la piel y decirte cuanto amo tu pelo tus ojos tus labios, tu cuello...

Y sentarme en el escalón a fumar hasta que tu vecino llega a casa y sentarme en el escalón a fumar hasta que llegas a casa y preocuparme cuando llegas tarde y sorprenderme cuando llegas temprano y regalarte girasoles e ir a tu fiesta y bailar hasta el agotamiento y sentirme culpable cuando no tengo razón y contenta cuando me perdonas y mirar tus fotos y desear haberte conocido desde siempre y escuchar tu voz al oído y sentir tu piel en mi piel y asustarme cuando te enojas y abrazarte cuando estás angustiado y ser tu sostén cuando te duele y desearte sólo de olerte y ofenderte al tocarte y lloriquear cuando estoy a tu lado y lloriquear cuando no estoy y babosearme en tu pecho y sofocarte de noche y morirme de frio cuando te llevas la frazada y de calor cuando no te la llevas y derretirme cuando sonreís y disolverme cuando te reís y no entender por qué pensas que te estoy rechazando cuando no te estoy rechazando y preguntarme cómo es posible que pienses que alguna vez podría rechazarte y preguntarme quién serás pero aceptarte de todos modos y contarte del niño del bosque encantado del ángel de los árboles que voló a través del océano porque te amaba y escibirte poesías y preguntarme por qué no me crees y tener sentimiento tan hondo que no encuentre palabras para decirlo y querer comprarte un gatito del que ponerme celoso porque se va a ganar más atención que yo y demorarte en la cama cuando te tenes que ir y llorar como un chico cuando al final te vas y matarte las cucarachas y comprarte regalos que no quieres y llevármelos de vuelta y pedirte que te cases conmigo y que me digas que no de nuevo pero seguir pidiéndote porque aunque creas que no lo digo en serio lo digo en serio siempre desde la primera vez que te lo pedí y vagar por la ciudad pensando que está vacía sin vos y querer lo que vos queres y pensar que me estoy perdiendo pero saber que estoy a salvo con vos y decirte lo peor de mí y tratar de darte lo mejor de mí porque no te mereces ni un poquito menos y responder tus preguntas cuando preferiría no hacerlo y decirte la verdad cuando la verdad es que no quiero y tratar de serte honesto porque sé que lo prefieres y pensar que se acabó todo pero igual quedarme diez minutos más antes de que me eches para siempre de tu vida y olvidar quien soy y tratar de estar más cerca de vos porque es hermoso aprender a conocerte y vale bien el esfuerzo y hablarte mal en alemán y en hebreo peor y hacer el amor contigo a las tres de la mañana y del algún modo del algún modo de algún modo comunicar algo del abrumador inmortal irrefrenable incondicional omniabarcador enriquecealma abreconciencia constante inagotable amor que tengo por vos.

No fue sino más tarde cuando entendió que ella no fue sino hasta más tarde cuando sólo entendió solo que ella sólo estaba leyendo.
Los aplausos y las luces lo espabilaron de su perplejidad al tiempo que vio su realidad disolverse en dos planos irreparablemente ajenos.